lunes, 12 de marzo de 2012

Escape.


Donde estuve metido estos días, es complicado decirlo. Me limitaba a perseguir autos con los perros vagabundos; a contemplar el caos de la ciudad desde ventanas pulcras, manteles más pulcros sobre mesas lujosas en pisos de mármol y finos acabados. Dedicado a descifrar los misterios de las ecuaciones cósmicas en las burbujas del vaso de cerveza, quizá Dios intentaba comunicarse conmigo por ese método, los caminos de Dios nunca se han caracterizado por ser directos, siempre en clave morse o más complicado aun.
Algunos días deshojaba nubes, otros creía asirme a certezas, trotamundos, diletante, buscador.
Pero ya volviendo a este plano he vuelto para escribir y contarte mis historias.

2 comentarios:

  1. Quizás el camino a encontrar estaba en ti y solo necesitabas tiempo para darte cuenta de ello. La alegría o la felicidad no es un bien de fuera a dentro, sino al contrario.
    Todos los pasos que damos nos encaminan a conocernos y a aceptarnos tal como somos. Lo que ocurre a nuestro alrededor es algo meramente circunstancial.
    Me alegra saberte por aquí y ver que lo haces con tantas cosas interesantes, seguiré leyendo cada uno de tus pensamientos. Un abrazo David.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pequeña Rosa sin más, aquí estamos construyendo una mejor vida, un nuevo proyecto.

      Eliminar